Cómo se hace el Queso Manchego

El proceso de elaboración del queso manchego es bastante interesante y requiere de habilidad y cuidado por parte del elaborador. A continuación, te explicaré los pasos principales para la elaboración de este queso:

1. Recolección de la leche: El primer paso es recolectar la leche de oveja, preferiblemente de la raza manchega, en un lugar limpio y controlado sanitariamente.

2. Preparación de la leche: La leche se somete a un proceso de pasteurización para eliminar cualquier bacteria dañina y garantizar la seguridad alimentaria.

3. Adición de cultivos lácticos: Se añaden cultivos lácticos a la leche para acidificarla y comenzar el proceso de fermentación.

4. Adición de cuajo: Se añade cuajo animal a la leche para que ésta se coagule y se formen los sólidos del queso.

5. Corte de la cuajada: La cuajada se corta en pequeños trozos con un cuchillo especial para ayudar a liberar el suero.

6. Prensado de la cuajada: La cuajada se coloca en moldes y se prensa para eliminar el exceso de suero.

7. Salado del queso: Una vez que se ha formado la corteza del queso, se sumerge en salmuera para darle sabor y ayudar a que se forme una corteza dura.

8. Maduración del queso: El queso se cura durante varios meses en una bodega con la temperatura y la humedad adecuadas para que adquiera su sabor y aroma característicos.

9. Envasado del queso: Una vez que el queso ha alcanzado la maduración deseada, se envasa al vacío y se distribuye al mercado.

Es importante destacar que cada elaborador puede tener sus propios secretos y técnicas para elaborar el queso manchego, por lo que los pasos pueden variar ligeramente según el elaborador.

• El cuajo animal utilizado para elaborar el queso puede ser de origen vegetal o microbiano, pero tradicionalmente se ha utilizado cuajo animal, que se extrae del estómago de algunos animales como la vaca, el cordero o el cabrito. Actualmente, se utilizan cuajos sintéticos para producir el queso manchego.

• Una vez que la cuajada se ha prensado, se retira del molde y se sumerge en una solución salina para que se forme la corteza del queso. La sal también ayuda a conservar el queso y le da sabor.

• La maduración del queso manchego es una de las fases más importantes del proceso de elaboración, ya que determina el sabor, la textura y la calidad del queso. La temperatura y la humedad de la bodega donde se almacena el queso durante la maduración son cruciales para su desarrollo.

• Durante la maduración, se pueden aplicar diferentes técnicas para que el queso adquiera ciertas características. Por ejemplo, se puede frotar el queso con aceite de oliva o vino para darle un sabor más intenso. También se puede recubrir el queso con hojas de romero o pimentón para darle un aroma y sabor especial.

• El queso manchego se puede consumir en diferentes formas y presentaciones, desde el queso fresco que se consume poco después de su elaboración hasta el queso viejo que se deja madurar durante más de un año. También se puede encontrar el queso manchego en diferentes formatos, como en cuñas, en porciones individuales, rallado o en lonchas.